Las drogas nos olvida de la vagina

Hace dos días atrás me encontré con un amigo de la escuela caminando solo por la carretera cerca del pueblo. Parece que estaba emboyao porque tenia los ojos algaretes, posiblemente por estar metiéndose manteca. Me dio pena verlo así después de tantos años. Las drogas hoy día se come a cualquiera. Ese amigo quería ser ginecólogo, recuerdo que me dijo eso en décimo grado. Decía que cuando chiquito le vio la chocha a la mama sin querer y que se enamoro de la chocha. No era por bellaquera, sino que le impresiono la chocha y que quería cuidarla, protegerla con su conocimiento. Yo no entiendo el trabajo de un ginecólogo, si yo fuera uno estaría bellaco to el tiempo con el bicho parao. Eso pa mi es una fantasía, que una mujer te abra las piernas sin tener que hablarle mierdas románticas. Ojala la vida fuera así, al grano. El amigo me vio en el carro pero no me reconoció. Tenia puesto una camisa de Humberto Vidal y tenis negras marca Nike. Es una pena en verdad que la juventud termine en drogas. Yo nunca he usado drogas. Yo siempre he dicho que eso se lo debo a mis papas que me protegieron cuando chiquito y me hablaron claro cuando estaba en la escuela. Ellos me dijeron que yo podía probar lo que yo quisiera, pero no todos los dulces son buenos. Eso a mi se me metió por la cabeza y hoy día si algún desconocido me quiere dar dulces digo que no.

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