Sunday, July 15, 2012

Papi y su amor supremo



Estaba sentado en el inodoro de uno de los baños de Sears jugando con mi celular, tirándome peos sonaos para espantar a la gente que entraba a lavarse las manos.  En uno de esos peos metralleta, entra un papá con su hijo de más o menos 10 años a mear en el urinal y me tiro un santo peo tan duro que el nene ese mira para atrás y ve mis ojos asomaos’ por las rendijitas de la puerta del baño privado.  Lo miraba fijamente, buscando que las ondas cerebrales se unificaran para joderle la vida para siempre. El nene se acerca hacia la puerta, se acuesta al piso y mete la cabeza por debajo de la puerta para mirarme fijamente a los ojos mientras cagaba.  El cabrón nene me dice: “Papi tambien se tira peos así cuando esta en casa. Jijijiji”.  Cuando el papá lo vió, lo agarró por el pelo y le dió una pescozá. Ese nene se puso como un perro maltratado y empezó a llorar.  Se le notaba el miedo salirle por las venas al cabrón nene ese. 

Este evento me recordó la violencia que experimentaba de mi papá cuando era un niño, luego como adolescente y ahora como adulto. Para que tengan una idea, una vez papi me obligó a mamar las tetillas a una perra preñá que llegaba a casa todos los días a comer pollo.  Esa perra luego se vomitaba en la marquesina y yo tenía que ir a limpiarlo. Tampoco les quiero dar muchos detalles pero en otra ocasión papi me apagó tres cigarrillos en una tetilla y otro cigarrillo en la punta del bicho. Los otros días papi se levantó temprano y fue a mi cuarto donde dormía tranquilamente y se hizo caca en mi cama al lado de mi cara.  Son cositas así que pasaban todo el tiempo, pero en vez de criticar en verdad son estas cosas las que me hicieron el hombre profesional que soy hoy. Gracias al maltrato de papi, en vez de ponerme pendejo y llorón, crecí en un adulto hecho y derecho, sin vicios y con una autoestima bien alta. 

Yo amo a papi con todo mi corazón, y aunque en ocasiones tengo ganas de pegarle un tiro con una pistola de gotcha, otras veces quiero abrazarlo y pedirle perdón por ser un cabrón.

Retomando la historia principal, terminé de cagar y me doy cuenta que no había papel.  Ya esto me habia pasado anteriormente, por eso ando con papel doblado en el bolsillo para resolver en estas situaciones.  Me limpio bien el culo, me subo el calzoncillo y el pantalón, y luego me limpio las manos.   Al salir del baño, me voy caminando por Sears a ver las camisas de NBA y ligarme las nenas que trabajan en el area de perfumería.

Nota: Quiero aclarar que los cigarrillitos que papi me apagaba en la tetilla y en el bicho eran de dulce.
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