No sabia nada de la famosa mujer motora por meses. Todo cambió los otros días cuando entro a Condom World a comprar condones de los buenos, no de las mierdas esas que se rompen que venden en los puestos de gasolina. Ella estaba en la parte de atrás de la tienda mirando las caratulas de unas películas, estaba sola. Yo no hice caso inmediato, me quedé como un pendejo mirando los dildos y las chochas plásticas mientras pensaba en los gratos momentos que tuve con ella (la vez que fuimos a Chillis y eso). Mientras acariciaba con mis manos el pelo de una de las chochas plásticas, recordé la cabronería que me hizo de que estaba preñada de mi. Eso es una puerca’ de grandes proporciones y pasé un susto tan cabrón que sentí que mis bolas se encogieron permanentemente, un daño irreparable que no tengo como justificarlo ante el seguro medico ni ante DACO.
A mi lado derecho habían dos personas, quizás una pareja, mirando pornografía gay. Al otro extremo de la tienda un tipo le acariciaba las nalgas a una mujer que estaba leyendo las instrucciones de un vibrador. En la caja había una tipa gótica con unos ojos diabólicos (quizás novia del Vampiro Industrial) leyendo Don Quijote. La mujer motora seguía chequeando caratulas, estaba definitivamente sola. Por curiosidad (quizás por pendejo), voy caminando hacia ella con 6 cajas de condones en las manos para impresionarla del mas chingón.
En mi acercamiento hacia ella, se me caen las cajas y ella mira hacia atrás. Ojo con ojo. Una sonrisa sale de su cara y de sus tetas un sonido a sudor sexual viaja por el aire hasta mis oídos. “Hola, Manny, qué bueno verte”, me dice ella con una voz de sorpresa genuina. Le comienzo a preguntarle cómo le iba en la vida, qué le paso a la motora y si estaba con algún tipo. Me contestó las preguntas con una sinceridad tan cabrona que me daba asco, escuchar personas hablar de sus vidas con tanto detalle me incomoda, me gusta que me hablen al grano, sin rodeos y sin adornos. En fin, fue agradable ver su apertura a mi luego de todo este tiempo. Le hablo sobre mi vida luego de nuestra “relación” y le cuento que me va bien con el blog. Ella se alegra por mi. Hubo un momento de pausa bien raro, quizás ella se puso a pensar en un sueño que tuve donde le puse la pinga en la cara mientras dormía. Yo solamente pensaba en que se le veían las tetas bien grandes, lo que cualquier hombre saludable pensaría.
Caminamos hasta la caja para yo pagar las cajas de condones y ella un video porno. Mientras nos íbamos, salí corriendo hacia donde ella para decirle que pensaba en ella cuando me masturbaba y que sufrí mucho cuando no pudimos seguir juntos. Ella me miró fijamente a los ojos y me dijo: “Conocerte fue un error”.